Sentirnos vulnerables ante el caos y la incertidumbre es permitido, no nos quita valor como personas ni nos hace menos. Yo diría que, al contrario, la vulnerabilidad es parte de nuestra riqueza emocional, lo más valioso es reconocer nuestras emociones y canalizarlas. No todo está bien y en ocasiones, al contrario, el panorama es poco favorable ¿Cómo te sientes ahora?

Retomo algo que escribí el pasado mes de abril, en donde hacía referencia a que los periodos se aplazan y cada uno sabemos que, al salir de nuevo, cuando esta vorágine de “cuarentenas” hayan sido concluidas, nos encontraremos con un ambiente y un contexto diferente al que dejamos antes de quedarnos en casa.
Para algunos sigue el tiempo de encontrarse aún con cambios de rutinas e indefiniciones, para otros no ha llegado de manera personal un gran impacto, aunque no dejan de ver un entorno volátil. Hay a quienes esto ha favorecido de una u otra manera. La gran pregunta es cómo nos sentimos y otra muy importante es qué hacemos con lo que sentimos. La conciencia de uno mismo es el primer gran paso para conducirnos mejor.
Daniel Goleman, expresa que un enfoque personal, íntimo, nos permite comprender y manejar el mundo interno, incluso cuando se encuentra conmocionado por factores perturbadores. Cuántas expresiones como “no te sientas mal, detrás de esto viene algo que será mejor para ti”, “no estés triste”, “eres fuerte, ya has salido de peores” y un sinfín de expresiones que, si bien pueden estar de lo mejor intencionadas, no son lo que en mi momento de vulnerabilidad empatizan con mi sentir.
Lo importante es identificar lo que te dices tú y cómo te sientes en momentos determinados. Porque si bien nuestra actitud es fundamental, reconocerse lo es también. Esta maravillosa capacidad de conexión y atención con lo que sentimos considero que es vital.
Se dice que la vulnerabilidad puede definirse como la capacidad disminuida de una persona o un grupo de personas para anticiparse, hacer frente y resistir a los efectos de un peligro, ya sea por condiciones naturales o provocado por las acciones de personas y para recuperarse de los mismos. Y las circunstancias que pueden llevarnos a sentir inseguridad, agobio, desesperanza, son válidas en tanto nos ponen frente a una condición que está retando nuestra capacidad de respuesta.
Armonizar nuestra vida es una tarea constante y ayuda el reconocerse vulnerable, darse un espacio y luego retomar el impulso que nos lleva a esa resiliencia y a contactar nuevamente con otros factores que nos fortalecen. A lo largo de la vida hay aprendizajes y bien vale la pena acudir a ellos. Recordemos que el agotamiento emocional es un estado al que se llega por sobrecarga de esfuerzo y eso también conduce a esta sensación de vulnerabilidad.
Deseo invitarte a que identifiques y reconozcas lo que sientes y piensas, porque resulta que el pasado quizá nos trae nostalgia y el pasado ya fue. En relación con el futuro podemos sentir ansiedad porque desconocemos con certeza lo que habrá y solemos suponer escenarios perturbadores, condiciones que aún no llegan, pero ya les dedicamos energía a contemplarlas y lo peor es que nos vamos olvidando de quiénes somos.
Insisto, sentirnos vulnerables puede ser un punto de partida. Ya tienes desafíos, presentes y futuros. Es el mañana el que te tiene en un estado de alteración ¿cómo te preparas para ello?, ¿a qué y cómo regresaremos? Hay preguntas sin respuestas precisas aún. De lo que sí puedes tener una respuesta es de tus valores, aprendizajes, intereses, capacidades, talentos y también de tus debilidades. Todo cuenta.
Las preguntas de hoy están en relación con una semblanza de tus reflexiones, aprendizajes, esfuerzos, avatares, crecimientos de este último tiempo, porque muy seguramente las habilidades personales y humanas que necesitarás más, deberán estar cimentadas en lo que mejor conozcas de ti, en lo que reconozcas que son tus fortalezas, tu vitalidad y en cómo has aprendido a lidiar con lo que más trabajo te cuesta, con lo que no necesariamente es lo que te agrada de ti.
Lo siguiente que me parece importante es observar que somos los responsables de la actitud que asumimos ante la vida que día con día nos plantea la oportunidad de responder a una serie de preguntas y circunstancias, de las cuales podemos salir fortalecidos o, por el contrario, dudando de nuestra capacidad. Esta segunda respuesta es la menos útil.
Sentir dolor, malestar, temor ante la adversidad es natural, solo que cuando hemos fortalecido nuestra capacidad resiliente hay la confianza de que las dificultades no nos desestabilizarán y les haremos frente. Aceptar que está pasando algo, que hay un cambio innegable, es la oportunidad de obtener la mejor experiencia y aprendizaje.
Quiero retomar algo ya dicho antes; los atributos personales asociados a la naturaleza y personalidad del individuo, a valores adquiridos, también están muy ligados a la inteligencia emocional y pueden distinguir a una persona de otra.
En las contingencias son un referente de comportamiento muy poderoso, por ejemplo; sentido del humor, empatía, optimismo, sentido común, espíritu colaborativo, comunicación, adaptabilidad, creatividad, por citar algunas, y son las que marcan la diferencia en nuestras
relaciones interpersonales, dentro y fuera de casa, en el contexto social, escolar, laboral, comercial, etc., ¿qué tanto las has desarrollado?
Ejercicio
Identifica tres aspectos que en este momento están representando un esfuerzo para ti y de qué forma están siendo un desafío.
Describe cómo te sientes durante cada día, creando una bitácora solo de tus sentimientos diarios.
Detecta los tres recursos personales que tienes, que te dan la oportunidad de vivir esta situación presente de la mejor forma.
Si en este momento te dieran a elegir las tres habilidades personales que más te reforzarían para enfrentar una contingencia ¿cuáles elegirías y por qué?
De qué te das cuenta y qué harás con ello. Cada una de las preguntas que referí en este blog es valioso pensarlas y responderlas. David Viscott, dijo "aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad”.
Recuerda, mi propósito al invitarte a responder cada pregunta es que tu empoderamiento personal se fortalezca a partir de que tomes consciencia de tu identidad y propósito de vida.
¡Hasta muy pronto!
Ana María Nájera
Compartiendo e impulsando transiciones
Descubrí que sentirme vulnerable me puede resultar terrorífico, ver de frente esas áreas de oportunidad se me complicó un poco, sin embargo es un buen ejercicio para autoconocerme y crecer. Gracias