top of page
  • Foto del escritorAna María Nájera

EL RECUENTO DE UN TIEMPO

De unos meses para acá me sentí rota por dentro y mi pluma simplemente no podía escribir, de mí no salían palabras o pensamientos que pudiera compartir en consonancia con lo que sentía pues yo misma no atinaba a ponerle nombre ¿te ha pasado algo así? ¿Alguna vez sentiste que se rompía en tu interior un … qué sé yo? Pues eso pasó conmigo y hoy me parece un momento especial para fluir contigo …

Cuando dije que soñaba con días de prosperidad, encuentros gentiles, salud, valores que nos hicieran encontrar en un mejor entorno … es cierto ¡claro que deseo eso y sueño que sea así! Solo que de pronto me di cuenta de que si bien mi cabeza, mi corazón y mi voz expresaba esto, y lo repetí una y otra vez sintiendo que esto es extraordinario y valioso para la humanidad, había un cuarto elemento que no estaba en consonancia, que en algún momento mi miedo fue mayor y me estaba separando de mi espiritualidad.


La vida nos pone pruebas, nos plantea preguntas y nos desafía. A veces somos conscientes de los recursos con los que contamos para enfrentar las vicisitudes. Otras veces descubrimos, ante los retos que se presentan, que poseemos mucho más de lo que sabíamos de nosotros mismos y en algún momento llega esa circunstancia inesperada para la que te consideras capaz y con la templanza necesaria y de manera inconsciente o nos auto boicoteamos o de verdad necesitas contar con algo más. Y alguien, a quien llamo uno de mis mayores “maestros de vida” me dijo “… mamá, siento que te alejaste de tu espiritualidad y esa no eres tú”.


Agradeceré siempre ese momento y esas palabras. Busqué ayuda y justamente entendí que mi miedo e impotencia humana eran mayores que mi fe. Y algo que puedo respetar y admirar profundamente en una persona es la congruencia. Yo no podía seguir avanzando cuando mi fortaleza interior en realidad estaba tan movida, temerosa y menos presente.


Hoy, en un tiempo donde he podido armarme nuevamente, donde acepto que hay cosas que no está en mí desaparecerlas porque son parte de la vida, que solo puedo acompañar en el proceso y crecer con ello, que mi vulnerabilidad también es parte de mi fortaleza y que la fe es un bastión que me ha sostenido en los momentos más desafiantes, entonces siento que es así como nuevamente puedo estar en conexión contigo.


Te propongo que hagamos de este tiempo una oportunidad de alinear nuestro ser, sentir, pensar y hacer, veamos la oportunidad de soltar más aquello que no podemos cambiar y busquemos esa actitud que mejor nos ayuda a ver las inmensas posibilidades que existen aún en el caos, que nada puede ser tan malo cuando logramos que la fe forme parte de nuestros recursos.


Cuando pude ver que mi miedo y mi impotencia eran mayores que mi fe, opté por reencontrarme con mi interior, hacer un recuento del tiempo y experiencias vividas y cómo fue posible seguir adelante, ser quien soy y retomar mi esencia.


Quiero compartir contigo la siguientes frases. Albert Camus, dramaturgo francés, dijo; “en las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible” y Max Lerner, escritor, expresó; “el punto de inflexión en el proceso de crecimiento es cuando se descubre el núcleo de la fuerza en el interior, que sobrevive a todos las heridas”.


¿Qué necesitas para fortalecer tu yo interno? ¿Cuánto te permites valorar quien eres? ¿Te puedes preguntar hoy cómo te sientes frente a las circunstancias que vives? Deseo, con todo mi corazón, que te regales un tiempo para ti.


¡Hasta muy pronto!

Ana María Nájera

Resignificar tu valor como persona

753 visualizaciones

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page