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VALORARTE COMO PERSONA

Foto del escritor: Ana María NájeraAna María Nájera

¿Cuánto te permites ver hacia tu interior y valorarte? Transcurren épocas en donde la presión, el cansancio y el propio entorno, pueden poner en duda nuestra propia valoración como persona. Vivir en estados de ánimo negativos afecta la interacción que tenemos con los demás y aún peor ¡la relación con nosotros mismos! Y lamentablemente, en ocasiones, estamos en espera de que los demás nos digan cómo nos aprecian y valoran y esto no es saludable ni da libertad. Considero que valorarnos parte de algo que inicia en nuestro interior.

Depender de que otros nos valoren es dar el poder a lo externo y al mundo de percepciones y creencias que tienen los demás, eso se torna desgastante y limitativo, nos corta la posibilidad de ser y estar con lo que ahora tenemos libertad de elegir o quizá en algún momento ya hemos decidido al respecto. Un signo de madurez es asumir nuestras elecciones, con todo lo que ello implica.


Reconocer tus esfuerzos, valores éticos, contribuciones y el crecimiento que has ido desarrollando con el paso del tiempo, es un alto que puede ser un ejercicio objetivo para encontrarte con tus atributos. Esto no limita el poder observar que hay caminos de aprendizajes, de maduración, de experiencias que seguirás recorriendo y te harán una persona con más cualidades.


Desde tu perspectiva, ¿qué significa valorarte?


Depender de opiniones y valoraciones que nos son dadas desde el entorno social, familiar, comercial, etc., puede dejarnos limitados y alejados del poder personal que da la madurez, la autonomía o, por el contrario, parados en la subjetividad del aprecio de los demás que puede estar condicionado a cumplir sus expectativas o patrones de lo que es valer como persona desde sus perspectivas. Hoy te invito a mirar hacia tu interior.


En una persona que estima en poco valorar sus capacidades y virtudes, así como aquella que pretende verse por encima de los demás y pierde el contacto con la objetividad de sus cualidades y defectos, y solo se ve a sí misma como perfecta e inalcanzable, me parece que hay un trabajo interno que realizar. La inseguridad personal puede estar presentando estas condiciones y desde allí difícilmente alguien puede valorarse realmente. Menospreciarse o sobrevalorarse, alejan de la oportunidad de tratar y tratarse con aprecio.


Tu valor personal no está en el color de tus ojos o en tus rasgos físicos, en tu lugar de nacimiento, en las pertenencias que acumulas, en la edad que tienes, en dónde vives, trabajas o estudias, ni determinan qué persona eres. Todo ello son circunstancias. Me parece que hay aspectos intrínsecos que dan muchos elementos valiosos que en ocasiones no apreciamos o reconocemos como parte de nuestra valía personal, por ejemplo: la generosidad, la responsabilidad, el compromiso, la honestidad, la voluntad, la colaboración, la gratitud y tantas virtudes que podemos mencionar.


Cuando se ha recorrido un largo camino y se han experimentado diversas circunstancias y se ha podido avanzar, responder con templanza y seguir cumpliendo metas, haciendo realidad sueños, contribuyendo en el logro de los objetivos de otras personas ¿valdrá la pena reconocerse a uno mismo? Pienso que sí. Es la oportunidad de un ejercicio justo, principalmente cuando el desánimo o las opiniones ajenas nos desacreditan.


¿Por qué es tan importante lo que haces? En tu casa, en tu trabajo, con tu familia, con tus amistades. Si en la vida se contribuye en el bienestar o para el bienestar de quienes nos rodean, seguramente detrás de ello hay grandes cualidades que favorecen el poder lograrlo ¿sabes cuáles son? Y no se trata de que lo digan los demás, se trata de que lo veas y lo sepas tú. Tampoco es la intención que vivas expresando día con día, como un comercial de televisión, cuánto te valoras y aprecias y sí se trata de que lo sientas emocionalmente y con ello te fortalezcas.


Te invito a responderte lo siguiente:


- ¿Cuáles son tus cinco principales virtudes? Por supuesto puedes enumerar más.

- ¿Cómo estás contribuyendo en tu entorno familiar y profesional?

- ¿Cuánto te cuestionas la información que recibes, analizas y determinas qué si y que no, va contigo?

- ¿Cuáles son en este momento tus principales angustias y limitaciones?

- ¿En quién te convertirías sin estos miedos, carencias y limitaciones?


Tu fortaleza interior es el puente que te acerca a lo que necesitas. En algún momento leí; “Siempre que te encuentres dudando de lo lejos que puedes llegar, solo recuerda lo lejos que has llegado. Recuerda todo lo que has enfrentado, todas las batallas que has ganado y todos los temores que has superado”.


Conocerse a uno mismo quizá sea un camino maravilloso de recorrer, porque hallaremos grandes y valiosas sorpresas. Dejemos atrás esos juicios que nos han limitado como personas, a los que les hemos dado tanto eco y que nos limitan a percibir nuestra verdadera esencia y valor.


Recuerda, mi propósito al invitarte a responder cada pregunta es que tu empoderamiento personal se fortalezca a partir de que tomes consciencia de tu identidad y propósito de vida.


¡Hasta muy pronto!


Ana María Nájera

Compartiendo e impulsando transiciones

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