DETERMINACIÓN Y SERENIDAD

Ha iniciado un nuevo ciclo, el año dio comienzo y con ello se estrena un calendario que marca un tiempo por venir. Los buenos deseos que manifestamos y también recibimos de gente querida, cercana, quizá para muchos se han refrendado propósitos y para otros es complicado plantear proyectos o alcances ante la incertidumbre. En ambos casos me parece que necesitamos dos ingredientes importantes; determinación y serenidad. Y a ti ¿qué te caracteriza? ¿ser alguien que persigue con ahínco y firmeza lo que ha determinado y desea? ¿mantener la calma y esperar serenamente la presencia de ciertos indicadores que te den más certeza? O en el camino, sin perder la serenidad, ¿haces ajustes y conservas el foco en tus metas?

Es posible que en las últimas semanas hayamos sido invitados a plantearnos nuevos retos, cambios, reforzamientos, etc., y lo que sea que se eligió necesitará de nuestra determinación para lograrlo y de una maravillosa actitud serena en el camino de alcanzar dichos propósitos. Me gustaría que te preguntes ¿desde dónde planteaste tus deseos? ¿desde lo que te gusta, apasiona o es útil y bueno para ti? O en el tenor de seguir las expectativas que otros quisieran ver que tú puedes lograr.

El pasado mes de octubre escribí un artículo y en él mencioné que la determinación es tener la fuerza de carácter que te permite continuar a pesar de la adversidad con el foco puesto en un objetivo que deseas alcanzar, sin importar el tiempo que tome conseguir lo que quieres, y estoy convencida que es una característica personal que vale la pena cultivar.

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Construir hábitos que nos permitan vivir una mejor cotidianidad y que sumen posibilidades a nuestra mayor prospección me parece saludable y de igual forma lo es el fortalecimiento o construcción de la serenidad ya que esta se reconoce como la actitud o cualidad que permite a una persona mantener un temple sosegado y ecuánime, sin caer ni en la inquietud ni en la zozobra. Y bien que hoy en día mantenerse serenos nos permite un mejor vivir.

Lo que te hayas propuesto recientemente, aquello que tenazmente buscas alcanzar para tu bienestar y satisfacción, deseo que lo logres. Te invito a sumar a tu cotidianidad dosis suficientes de sosiego, calma y paciencia. Tener un fin en mente, unido a la capacidad de perseverar y revisar las rutas que se han planteado, hacer ajustes cuando es necesario, saber observar y esperar las circunstancias adecuadas, o la sagacidad de atreverse cuando la situación lo amerita, es propio para lograr nuestros sueños.

Pregúntate si puedes escuchar a tu mente y no has dejado de seguir tu corazón, pues ambos van de la mano y su sabiduría conjunta te puede sorprender. Y como dijo Steve Jobs, “ten el coraje de seguir a tu corazón e intuición, de algún modo ellos ya saben lo que realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario”.

La serenidad en la búsqueda de seguir avanzando me parece que es vital y cuando nuestra cotidianidad nos exige fortaleza también, creo que hacer acopio de sencillez y tranquilidad, es de gran ayuda. En esta reflexión, comparto una parte de algo que escribió el maravilloso Antoine de Saint-Exupéry, autor de “El Principito”, quien en algún momento de su vida se dirige a su ser superior y expresa:

“No pido milagros y visiones, Señor, pido la fuerza para la vida diaria. Enséñame el arte de los pequeños pasos.

Hazme hábil y creativo para notar a tiempo, en la multiplicidad y variedad de lo cotidiano, los conocimientos y experiencias que me atañen personalmente. Ayúdame a distribuir correctamente mi tiempo: dame la capacidad de distinguir lo esencial de lo secundario.

Te pido fuerza, autocontrol y equilibrio para no dejarme llevar por la vida y organizar sabiamente el curso del día. Ayúdame a hacer cada cosa de mi presente lo mejor posible, y a reconocer que esta hora es la más importante.

Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida todo debe salir bien. Otórgame la lucidez de reconocer que las dificultades, las derrotas y los fracasos son oportunidades en la vida para crecer y madurar …

¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!”

Que lo que realices sea de beneficio a tu persona y para quienes te rodean ¡Bienaventurado nuevo año para ti y tus seres queridos!

¡Hasta muy pronto!

Ana María Nájera

Compartiendo e impulsando transiciones